Historia de la Iglesia Ortodoxa Rumana en Venezuela

La Iglesia Ortodoxa Rumana San Constantino y Santa Elena, erigida en 1999, se encuentra ubicada en la zona sur del Sector La Lagunita (Municipio El Hatillo) en Caracas. Puede ser descrita como un lugar emblemático de culto e importancia espiritual para la comunidad rumana y ortodoxa en Venezuela.

Fundada inicialmente con el propósito de preservar la tradición ortodoxa rumana en suelo venezolano, esta Iglesia se ha convertido en un foco para la propagación de la Fe Ortodoxa entre la población local. En la actualidad, una gran parte de la feligresía está compuesta por venezolanos convertidos de diversos orígenes religiosos e ideológicos.

La fundación de esta Iglesia está estrechamente vinculada a la historia migratoria de la comunidad rumana en Venezuela. A lo largo de los años, la diáspora rumana establecida en el país vio la necesidad de contar con un lugar de culto que reflejara sus creencias y brindara un espacio para la comunidad. Así, la Iglesia Ortodoxa Rumana San Constantino y Santa Elena fue erigida mediante el esfuerzo conjunto de los fieles y el apoyo de líderes religiosos y comunitarios, entre los cuales debemos mencionar al ex-alcalde del Municipio Chacao, Don Cornelio Popescu, asi como nuestros hermanos Constantine Cristescu, Denu Niculescu, George Valosi y Paul Bunescu entre los más destacados.

El templo de San Constantino y Santa Elena es, en el presente, el único recinto en Latinoamérica que conserva el estilo arquitectónico propio de la zona de Maramureş (ubicada al norte de Rumanía), construido con madera del viejo continente. Hasta la fecha, solo existen dos templos fuera de Rumanía con estas especificaciones.

Su iconografía también rinde honor a los usos rumanos e incluye representaciones del Logos (Jesús Cristo), su madre, la «Theotokos», escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, los Santos Padres de la Iglesia y una variedad de santos rumanos de diferentes períodos.

En cuanto a las actividades que se llevan a cabo en la Iglesia, estas son diversas y abarcan aspectos tanto religiosos como culturales. La más importante de todas es la Divina Liturgia, eje que sostiene la vida espiritual de la comunidad. Asimismo, se observan regularmente los días festivos, así como los oficios de la Semana Santa según el calendario Juliano.
La Iglesia también organiza eventos culturales, conferencias y actividades que promueven el amor cristiano hacia el prójimo, independientemente de si este último es creyente o no. Entre los más destacados se encuentra la jornada de «Alimento de Amor», que se planifica mensualmente con la intención de brindar comida, pero, sobre todo, amor, a los más necesitados.

En la actualidad, el sacerdote asignado a la Iglesia Ortodoxa Rumana San Constantino y Santa Elena es el Padre Antonio, originario de Venezuela, quien desempeña un papel fundamental en la vida de la comunidad. Además de liderar los servicios religiosos y brindar orientación espiritual, el sacerdote actúa como un puente entre los fieles y la tradición ortodoxa.

También es importante destacar el papel que desempeñan tanto el Consejo Parroquial como las «Damas de la Iglesia» (agrupación liderada por la Presbitera Fanny Aldana), especialmente en lo que respecta a la organización de eventos, el mantenimiento de las instalaciones y la promoción de los valores religiosos y culturales ortodoxos.

La Iglesia Ortodoxa Rumana San Constantino y Santa Elena en Caracas se ha convertido en un faro espiritual situado en el corazón del Municipio El Hatillo. Muchos visitantes, inicialmente atraídos por su belleza y el misticismo que la rodea, terminan siendo igualmente cautivados por el mensaje del Evangelio de Cristo y la Vida Ortodoxa, ejemplificada por el testimonio de los Apóstoles y los Santos Padres.